miércoles, 28 de noviembre de 2007

Tercer artículo analizado

Bullying, acoso en las aulas

Por Carlos Cabezas López

El acoso escolar, también conocido como bullying, se está convirtiendo poco a poco en uno de los mayores problemas en el ámbito educativo. Generalmente comienza entre los 11 y 17 años de edad, junto con los cambios de personalidad propios que se dan en la transición de la niñez a la pubertad y la adolescencia.

Actualmente, se calcula que alrededor de un 15% de los jóvenes que oscilan entre esa edad han sido víctimas o agresores de sucesos de acoso escolar, que pueden derivar en graves consecuencias en la personalidad del alumno.

Según Dan Olweus, uno de los mayores investigadores de esta problemática, el acoso escolar se da cuando "un estudiante está expuesto, de forma reiterada y a lo largo de un tiempo, a acciones negativas llevadas a cabo por otro u otros estudiantes". Esto se da particularmente en la pubertad y temprana adolescencia, cuando los alumnos están en una edad de pleno crecimiento y formación de su identidad. Durante este cambio repentino en la vida de las personas, el acoso sufrido puede acarrear consecuencias nefastas para el individuo.

Generalmente, los agresores son personas con una fuerte falta de empatía, sin capacidad para ponerse en el lugar de sus victimas. Incluso tienen la convicción de que lo que hacen está bien y que es justo que la víctima sea acosada.

Son los clásicos matones de la clase que, aunque no tienen la aprobación de todos sus compañeros, terminan imponiendo su criterio. Muchas veces estos chicos tienen una relación bastante traumática con sus padres o han vivido situaciones familiares similares a las que luego ejercerán sobre sus compañeros.

La víctima, en cambio, suele ser mucho más difícil de precisar, aunque suelen ser niños tímidos, con poca capacidad comunicativa, que han sido sobreprotegidos y aun no saben desenvolverse socialmente con facilidad. Esta situación los pone en un marco de vulnerabilidad perfecto para sus agresores.

Es importante destacar la participación que tienen tanto los adultos como los compañeros pasivos de la agresión, con su indiferencia hacia lo que está ocurriendo.

Muchos niños eligen callar o ignorar los ataques que sufren sus otros compañeros por diversas razones, permitiendo que esto continúe sucediendo.

Los padres de los jóvenes, al considerar que lo que viven sus hijos es algo normal pueden terminar siendo tan culpables como los propios agresores, dejando que sus hijos sean víctimas o agresores sin tratarlo con la importancia que esto merece.

Fuentes médicas afirman que el acoso escolar, cuando es persistente y prolongado, puede causar problemas a corto plazo como pánico, tristeza profunda, inseguridad y una fuerte disminución de la autoestima. Pero también puede llegar a tener repercusión en la etapa adulta, afectando a las relaciones sociales de las personas y la confianza en sí mismos.

Diferentes tipos de bullying

Los diferentes tipos de agresiones que sufren los alumnos pueden dividirse en cuatro tipos principales.

Una de las más comunes son las intimidaciones verbales, que provienen de insultos, apodos o rumores difundidos entre los compañeros. También son típicas las intimidaciones de tipo psicológico, que constan de amenazas para lograr amedrentar a la victima, para conseguir algo o para forzarla a hacer algo que no quiere.

Son comunes dentro del acoso escolar las agresiones fisicas, ya sean directas (golpes o palizas) o indirectas (robos, rotura de materiales personales). Por último, quizás una de las maneras más graves de ejercer el bullying es mediante el aislamiento social, que consiste en apartar a la victima de las actividades que realizan sus compañeros, dejándolo de lado e ignorando su presencia.

Las agresiones racistas, el acoso sexual y la intimidación anónima mediante correos electrónicos o SMS son también varias de las modalidades más recientes que muchos alumnos utilizan para intimidar a sus compañeros.

Cifras alarmantes y graves consecuencias

Para tomar conciencia de la verdadera dimensión del problema, solo hay que fijarse en las estadísticas, según un sondeo nacional elaborado por el Centro Reina Sofía para el Estudio de la Violencia, quince de cada cien alumnos de ESO sufren violencia en el sistema escolar.

Trasladando las estadísticas a la incidencia en las diversas actitudes que tendrían los jóvenes que padecen este problema, se estima que el reiterado sufrimiento de agresiones se relaciona con un mayor riesgo de sufrir trastornos psicológicos. Las consecuencias más directas del bullying se clasifican en tres tipos:

Esclares: Miedo y rechazo a ir a la escuela, produciendose una disminución del rendimiento y una mayor probabilidad de fracaso escolar.

Personales: Puede llegar ha afectar a su autoestima, a su conducta y a su apariencia física. Enfrentarse al bullying supone enfrentarse a una situación de estrés. Algunas víctimas generan síntomas psicosomáticos, ansiedad y depresión. En algunos casos también puede desencadenar reacciones agresivas y en casos extremos, ideas o intentos de suicidio.

Sociales: Pérdida de confianza en uno mismo y aislamiento. Pudiendo producir en un futuro dificultades para establecer relaciones sociales.

Según declaró el investigador Jorge Srabstein, director de la Clínica de Problemas Médicos Asociados con la Intimidación Escolar del Centro Médico Nacional Infantil de Washington, al diario argentino La Nación, "el acoso escolar entre alumnos es una epidemia silenciosa. En casos extremos, puede derivar incluso en la muerte tanto del chico hostigado como del hostigador", marcando claramente la gravedad de un problema para el cual no se avizoran soluciones claras y que puede provocar cuestiones como el ausentismo prolongado, las bajas notas o directamente el abandono de la escuela.

Como ya se ha visto, el bullying puede tener consecuencias nefastas, basta recordar el renombrado caso de la masacre de Columbine, donde Eric Harris y Dylan Klebold, dos adolescentes violentos despreciados por sus compañeros, asesinaron a 12 estudiantes, un profesor e hirieron a 24 personas más.

http://www.casoabierto.com/Reportajes/Investigacion/Bullying-el-acoso-en-las-aulas.html
Publicado el 1 de julio de 2007.-
Bajado de Internet el día 11 de noviembre de 2007.-

Análisis del artículo

Hoy en día el acoso escolar, es conocido también como bullying, el cual es uno de los mayores problemas que se presenta en el Ámbito Educativo.

Pero ¿Qué se entiende por acoso escolar? “el acoso escolar es el hostigamiento y maltrato verbal o físico entre escolares de forma reiterada en el tiempo. Para que ocurra debe haber un sujeto acosador y una víctima. El sujeto maltratado queda expuesto física y emocionalmente ante el sujeto maltratador. A medio plazo genera una serie de secuelas psicológicas, aunque estas no forman parte del diagnóstico”.1

Para comenzar este análisis, es necesario mencionar que el artículo señala la edad en la cual se presenta este violento comportamiento: las cuales fluctúan entre los 11 y 17 años. Esto nos indicaría que se presentaría en alumnos y alumnas de enseñanza básica y media, es decir, desde sexto básico hasta cuarto medio, en donde el 15% de los jóvenes que se encuentran entre esas edades han sido víctimas o agresores, situación que puede afectar considerablemente su personalidad.

Según Olweus, el acoso escolar se puede dar cuando “un estudiante está expuesto, de forma reiterada y a lo largo de un tiempo, a acciones negativas llevadas a cabo por otro u otros estudiantes”, dándose principalmente durante la pubertad y temprana adolescencia.

El autor da a conocer algunas características sobre los agresores y las víctimas, en donde los primeros son personas que no pueden ponerse en el lugar del otro y que por lo general piensan que lo que están haciendo está bien y justo. Por lo general, son los famosos matones dentro de la sala de clases, los cuales son personas imponentes de sus criterios y que además suelen poseer problemas dentro de su familia.
Mientras que las víctimas son por lo general niños tímidos, no muy comunicativos y sobreprotegidos.

Lamentablemente, esta situación que ocurre dentro de la sala de clases, no se suele comunicar de forma debida, porque muchos niños prefieren callar o ignorar lo que está sucediendo, permitiendo que esto continúe.

Por lo que resulta muy importante tratar este tema con la importancia que merece, puesto que existen padres y jóvenes que tienden a pensar que lo que ocurre es normal, por lo que pueden terminar siendo tan culpables como los agresores, ya que dejan que sus hijos terminen siendo víctimas.

Desde el punto de vista médico, el artículo nos da a conocer que cuando estos abusos son persistentes y prolongados, puede causar en las víctimas problemas de pánico, tristeza, inseguridad y disminución en su autoestima, pero ¿Qué entendemos por autoestima? “La autoestima es el sentimiento valorativo de nuestro ser, de nuestra manera de ser, de quienes somos nosotros, del conjunto de rasgos corporales, mentales y espirituales que configuran nuestra personalidad. Esta se aprende, cambia y la podemos mejorar” 2, por lo cual puede repercutir en la edad adulta, afectando la confianza en si mismas y sus futuras relaciones sociales.


Diferentes tipos de bullying

Los alumnos y alumnas pueden sufrir diferentes tipos de agresiones, las cuales se pueden dividir en cuatro:

1. Intimidaciones verbales: las cuales corresponden a cuando los alumnos y alumnas son víctimas de insultos, apodos o rumores.

2. Intimidaciones de tipo psicológico: las cuales corresponde en amedrentar a la víctima con tal de conseguir algo o para obligarla a hacer algo que no desee.

3. Agresiones físicas: entre ellas se puede mencionar dos tipos:

3.1 Directas: que pueden ser a través de golpes.
3.2 Indirectas: que pueden ser a través de robos o rotura de algún material.

4. Aislamiento social: esta es una de las maneras más graves de ejercer bullying, la cual consiste en apartar a la victima de las actividades que se realizan como curso e ignorar su presencia.

Por otra parte me resulta de suma importancia decir que hoy en día el uso de correos electrónicos o SMS son medios que también están siendo utilizados para intimidar a las víctimas por parte de sus pares agresores.

Cifras alarmantes y graves consecuencias

Según un sondeo nacional elaborado por el Centro Reina Sofía para el estudio de la Violencia, quince de cada cien alumnos sufre violencia en el sistema escolar.

Las consecuencias más directas del bullying se pueden clasificar en:

Esclares: en donde la víctima siente mido y rechazo para asistir a la escuela, disminuye su rendimiento y tiene una alta probabilidad de fracaso escolar.

Personales: afecta tanto la autoestima, conducta y apariencia física de la víctima, ya que el enfrentarse a esta situación lo lleva a una situación estresante, además de síntomas psicomotoras como la ansiedad y la depresión.
En otros casos puede llevara reacciones agresivas y en casos extremos a idea o intentos de suicidio.

Sociales: la víctima puede perder la confianza en sí mismo y puede llegar a asilarse, provocando dificultades para establecer relaciones sociales.

Según Srabstein, director de la Clínica de Problemas Médicos Asociados con la Intimidación Escolar del Centro Médico Nacional Infantil de Washington el acoso escolar entre alumnos es una epidemia silenciosa que en casos extremos puede derivar incluso la muerte tanto para la víctima como para el agresor.

Sin duda el artículo expuesto anteriormente y su respectivo análisis, resulta ser un tema muy importante y delicado de tratar, ya que cada día que pasa, la violencia en la escuela está creciendo de manera considerable, situación que
como futura docente me preocupa bastante.

Además pienso que este problema se debe principalmente a la educación que recibe cada persona en su hogar, por lo que estoy de acuerdo en cierta medida con el docente Jesús Domingo Martínez el cual nos dice que “la violencia escolar tiene su origen en la falta de normas en familia. Aunque no sea la única causa, sí es la primera. Las agresiones están motivadas por la pérdida del sentido de la autoridad, del respeto hacia la figura del profesor y hacia los padres, que deben ser los primeros en educar en valores o principios éticos elementales, como el respeto y la solidaridad, acompañándolo con el ejemplo.3

Es por ello que considero, que tanto el establecimiento educacional, los alumnos(as) y apoderados, deben tomar conciencia de lo que está ocurriendo y tomar serias medidas que ayuden a fomentar la convivencia escolar, obviamente no es algo que resulte sencillo de llevar a cabo, debido a que tras de ello existe un sin número de motivos que conlleva a estas situaciones, pero que sin duda que con esfuerzo, dedicación y una clara conciencia de lo que está ocurriendo dentro de las salas de clases, se puede llegar a evitar el acoso escolar y fomentar de gran manera la convivencia escolar entre los alumnos y alumnas.

“Educar en valores es clave para evitar la violencia escolar”. 4


1 http://es.wikipedia.org/wiki/Acoso_escolar

2 http://www.monografias.com/trabajos5/autoest/autoest.shtml

3http://www.farodevigo.es/secciones/noticia.jsp?pRef=2813_20_99692__Cartas-Para-evitar-violencia-escolar

4 Ibid